La danza es lo que me hace levantarme todas las mañanas con ganas de vivir. Lo que me hace sentir feliz, fuerte y única. El baile es uno de mis mayores sueños, por el que lucho día a día, digan lo que digan. La danza es mi vida, sin ella no sería nada. Bailo para vivir, y vivo para bailar. Es una de las razones por la cual amo mi vida. Bailando soy más yo misma que en cualquier momento del día, es tocar el cielo con las manos sin despegar los pies del suelo. Viene desde lo más profundo del corazón. Pensar es el mayor error de un bailarín: no se piensa, se siente. Es expresar nuestros sentimientos, alejar los malos momentos, tus pies tocan el suelo paso a paso, y lo demás desaparece. Vos desapareces, vivís tu mundo. Es sentir ese orgullo en el pecho que sólo los bailarines podemos sentir. Nunca tratas de bailar mejor que los demás, si no mejor que vos misma. La danza no es como la vida: si uno se equivoca o se enreda, se sigue bailando. Por eso voy a luchar por mi sueño, ni yo misma me voy a impedir conseguirlo. Extenderé mis alas y aprenderé a volar a cada salto, a cada zancada. Se que puedo y lo voy a lograr. Voy a conseguirlo  por todas las personas que un día me dijeron que no sería capaz.