Cuesta creer que vivimos en un mundo donde la mayoría de la gente se preocupa más por seguir a la multitud y hacer lo que hacen todos que por vivir sus sueños. 
Te voy a decir algo, que te ruego que no olvides nunca: uno de los mayores pesares que puede tener una persona es llegar al final de su vida y darse cuenta de que no hizo realidad sus sueños. LLEGAR AL FINAL DE LA VIDA O NI SIQUIERA A LA MITAD Y DARTE CUENTA DE QUE NO TE APROVECHASTE,  DE QUE NO INTENTASTE AGARRAR LAS ESTRELLAS CON LA MANO, QUE NO HICISTE REALIDAD NI TAN SOLO UNA DÉCIMA PARTE DE TU POTENCIAL TE PARTIRÁ EL CORAZÓN. Al final de nuestra vida, lo que nos llena de pesar el corazón no son los riesgos que corrimos, lo que nos hace sentir una tristeza inmensa es pensar en todos los riesgos que no corrimos, todas las oportunidades que no aprovechamos, todas las cosas QUE NO HICIMOS.