Me marcho pensando
si he de volver a tus ojos,
tus ojos de cuarto menguante,
tus ojos que pintan el aire.
Viajando hasta donde habita el dolor,
me acuerdo
tus manos tocando mi carne
tus manos que atrapan el aire.
Y cómo he de saber si vuelvo,
solo si el sol
decide alumbrar tus ojos,
tus ojos de cuarto menguante.
Despierto,
la noche me invita a volar,
tu cuerpo, nocturno paisaje,
tu cuerpo, canción de la tarde.
Y muero borracho en alguna oración,
sintiendo tu pelo enredando mi sangre,
tu pelo, caricia del aire.
Y cómo he de saber su vuelvo...
Tus ojos de cuarto menguante.