Leer conversaciones viejas te enseña que las promesas no se cumplen, que los ''para siempre'' acaban en un minuto, que un ''no te quiero perder'' es igual a un ''te olvido mañana'', que la palabra escrita, escrita se queda, que la palabra dicha muere en el aire, que un sentimiento puede morir o siempre estuvo muerto, que quien se va no regresa, que quien más te dice, más te hiereTe enseña que las cosas pueden cambiar en un abrir y cerrar de ojos.