Tango.
Después de meses y meses, volví. Volví con mis alegrías mis tristezas, mis piantes, mis llantos, mis sonrisas. Volví con mi paz, volví con mi hiperactividad. Volví con mi bipolaridad. Volví con mis ganas de hacer catarsis y escribir. Volví... Pero más que nada, volví con mi felicidad renovada, volví más yo que nunca.
El año 2012 no fue mi mejor año, de hecho, fue el peor año de mi vida. Bajé muchas caretas y me di cuenta de cómo era la gente. Me apuñalaron por la espalda personas que nunca pensé, y reafirmé que los verdaderos amigos se cuentan con los dedos de una mano. Pasé momentos que no le deseo a nadie. Tuve miedos, tuve llantos, tuve tristezas. Tuve que agachar la cabeza y darle para adelante, como si nada me estuviera afectando. Tuve que ahogarme en palabras que tendría que haber dicho en su momento...
Hoy, miro a mi alrededor, miro mi interior. Cambió mi vida, logré cambiar mi vida. Solo era cuestión de empezar a quererme, a preocuparme por mi.
Si empiezo a contar los momentos felices que tengo, no me alcanzarían los caracteres permitidos de esta página. Podría abarcar algunos aspectos en mi vida y resumirlos...
Mis amigos... Los cuento con los dedos de una mano. No tendré miles, pero tengo los que quiero. Los que me hacen feliz. Los que me dan paz cuando la busco. Una de mis amigas me va a hacer tía primeriza... No puedo expresar con palabras la felicidad que siento al saber que dentro de poco voy a tener a alguien a quien malcriar y enseñarle a bailar.
Mi familia... A pesar de las discusiones diarias como toda familia, estamos bien, amándonos, apoyándonos. Inseparables, haciéndole frente a todo problema. Pero juntos... Juntos sobre todas las cosas.
El trabajo... Nuevo. Con nuevas responsabilidades, pero estoy como quiero.
El estudio... No puede ir mejor. Luché meses y meses para esto, para seguir lo que amo. Tenía absolutamente TODO en contra, pero lo logré. No iba a vivir mi vida sentada atrás de un escritorio llenando planillas. No, definitivamente NO. Empecé la universidad, empecé en el IUNA. Tengo parciales y trabajos prácticos aprobados con notas altas. Aprendo y me perfecciono en el baile. Me sorprendo cada día de mi. Conozco personas admirables, personas que no se si sería lo mismo estar en el iuna sin ellos.
El amor... Mejor no hablar de eso, prefiero reservarmelo para mi. Pero puedo decir que estoy bien. No salgo buscando al amor de mi vida, sólo dejo que las cosas pasen. Aprendí a no esperar nada de nadie, ni a esperar nada de la vida incluso. Pero si, estoy bien. Muy bien.
La danza... ¿Qué más puedo agregar de este arte que me llena el alma? Bailo de lunes a lunes, sin descanso. En la universidad, en los ensayos del Ballet. Ah, eso. Entré a un ballet que hacen viajes y giras. En un mes voy a estar bailando arriba de un escenario en Córdoba. Si me pongo bien las pilas, dentro de unos meses, estaré bailando en Perú y Chile. Volviendo al tema... Mi cuerpo y mi mente se saturan, llego a mi casa y sé que al otro día sigo bailando. Me duele hasta el más mínimo músculo, pero todo, absolutamente TODO, vale la pena. Da sus frutos. Y realmente, AMO hacer lo que me gusta TODOS los días. Mi rutina, es completamente HERMOSA.
Ya hablé de todos los aspectos fundamentales de mi vida. Cada uno esta en pie, en orden, en proceso...
En resumidas cuentas, estoy apta para decir que por fin encuentro un equilibrio en mi vida. No tendré todo lo que quiero, pero quiero todo lo que tengo, y con eso me basta. Hoy puedo decir que soy feliz y me encuentro en paz. Y aunque parezca demasiado, no es nada comparado a lo que siento.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)