No me esperes a las doce en el juzgado; no me digas "volvamos a empezar". Yo no quiero ni libre ni ocupado, ni carne ni pecado, ni orgullo ni piedad.  Yo no quiero saber por qué lo hiciste, yo no quiero contigo ni sin ti; lo que yo quiero, muchacho de ojos tristes, es que mueras por mí. Y morirme contigo si te matas, Y matarme contigo si te mueres, porque el amor, cuando no muere mata. Y porque amores que matan, nunca mueren.