Ya no importa cada noche que esperé, cada calle o laberinto que
crucé, porque el cielo ha conspirado a mi favor y a un segundo de rendirme te
encontré. Piel con piel el corazón se me desarma, me haces bien, enciendes
luces en mi alma. Creo en ti y en este amor que me ha vuelto indestructible,
que detuvo mi caída libre. Creo en ti, y mi dolor se quedo kilómetros atrás, y
mis fantasmas hoy por fin están en paz. El pasado es un mal sueño que acabó, un
incendio que en tus brazos se apagó. Cuando estaba a medio paso de caer, mis
silencios se encontraron con tu voz. Te seguí y reescribiste mi futuro, es aquí
mi único lugar seguro.