Catarsis de insomnio.

Necesito desahogarme, expresarme una vez más. Necesito hacer catarsis. Mis dedos se mueves solos, las palabras se acomodan una por una en mi mente y las vuelco sobre el papel... Me conozco, me conozco más que nadie en el universo. Sé que algo esta surgiendo dentro mio, sé que esas cosquillas en el estómago no son simplemente unas cosquillas, sé que esas dudas, esos miedos, esos celos, no son por que soy rayada nada más. Sé que alguien me esta empezando a importar más de lo que mi cerebro usualmente me deja. Sé que no estoy escuchando mis intuiciones y me estoy dejando llevar. Sé que algo más esta ocurriendo dentro mío... Sé que cuando lo miro me pierdo en sus ojos, sé que cuando lo abrazo me siento en paz. Sé que cuando estoy con él, algo me hace click para que yo reaccione como una nena de doce años frente a su primera ilusión amorosa. Sé que algo esta cambiando en mi, ya que no suelo reaccionar así frente a alguien. No logro entender cómo se apagó esa parte de mi cerebro que me hacia razonar, y solamente estoy pensando distinto que hace unos meses atrás. Aunque, siempre va a estar en mi esa desconfianza que no me deja en paz. ¿Será que tantas veces perdí en estas historias, que mi cabeza logró formar un cierto "mecanismo de defensa" para las personas?. Los miedos me invaden, ese miedo a ser lastimada, a sufrir, a perder una vez más. "Es tan perfecto que asusta", dice la canción. "Tan acostumbrado a no ser, a desconfiar, a no ganar... Es tan perfecto que asusta, por que nunca es justa la felicidad. Saber elegir es lo que cuesta más, no cualquiera suma sin restar. Sentís la electricidad y no la sabes llevar. Te quema, te paraliza y no te deja reaccionar. El enemigo peor, ese gran saboteador, siempre será uno mismo y ese miedo a estar mejor". ¿Necesito ampliar más para que entiendan qué siento?. Eso pasa por mi cabeza. Esa contraposición que tiene esas "cosquillas" y ese miedo que no me deja vivir en paz. Ese miedo que te come la cabeza noche tras noche pensando, intentado atar cabos de todo, intentado descubrir cosas que, tal vez, nunca hayan pasado. Y si, "intentando", por que la desconfianza es el juguete preferido del cerebro, y lo pone a prueba intentando encontrar cosas inexistentes, retorciendo la realidad para encargarse que vos no duermas en toda la noche. Pero no, tu mente no descansa, ni de día, ni de noche, ni a la tarde, ni a la mañana. Hasta te puede seguir en tus sueños -evidentemente se me escapó un patito de la fila-. Pero si, es así, llegué hasta soñar cosas que me dieron vuelta en la cabeza toda la semana, pensando si lo soñé por que en realidad estaba pasando, o por que el cerebro me jugó una mala jugada. Eso de vivir con los cinco sentidos alerta a cualquier movimiento extraño, es cotidiano para mi. Y dejenme decirles, que no esta nada bueno estar así las veinticuatro horas del día. Creo que, en esos días, tu cerebro funciona a mil por hora... Creo que si estudio como me retuerzo la cabeza, Aristóteles, Platón, Sócrates y Nietzsche serían un poroto al lado mio. Y, ¿por qué todos nombres de filósofos?... Por que la filosofía no tiene respuestas, sólo tiene preguntas. Y eso soy yo. Un cuerpo, una mente, y preguntas, miles de preguntas... Sin respuestas. 
Sé que algún día esta desconfianza en las personas se calmará, solamente necesito saber si él, va a lograr bajarme la guardia.
Agos Santillán - 29 de Julio del 2013 - 02:50 hs.