Vengo a hacer catarsis una vez más. Como siempre, necesito decir lo que siento, necesito expresarme. Esta vez no es nada malo, como veces anteriores. Hoy quiero contar lo que me hizo feliz de un día para el otro.
Fui de vacaciones, como ya saben, y reecontré a mi familia (no de sangre) después de trece años. Entre ellos, reencontré a mi "primo", sí, ese que me gustaba cuando tenía siete años. ¿Quién iba a decir que después de tantos años me iba a gustar tanto, y más, que antes? ¿Quién iba a decir que con una sonrisa iba a dar vuelta mi mundo patas arriba? Diez días pasaron, y con cada día me daba cuenta que se iba adueñando de a poco de mi mirada, de mis besos, de mi. Cada noche bajo las estrellas, me daba cuenta que era el hombre que siempre quise para mí. Le decía a menudo, que extrañaría el paisaje, las montañas, el río y el mar. Si hubiera leido entre líneas, él hubiese entendido que extrañaría su voz, su pelo revuelto por la mañana, sus cosquillas, sus abrazos, sus peleas. Hubiese entendido que extrañaría cada segundo que pasé entre sus brazos y caricias.
Hoy, casi un mes después, puedo decir que se adueñó por completo de mi. Es el único ser del planeta que logró bajar mi guardia y enamorar esta alma fría y cansada. Logró unirme los pedazos del corazón que se habían roto durante diescinueve años. Logró que necesitara de su sonrisa, de sus "Buenos días" y sus "Buenas noches". Logró que necesitara verlo y escucharlo cada noche.
Admito que tengo miedo, miedo de perder a una persona que llenó mi alma, miedo a las desepciones o miedo a arruinar todo una vez más. No suelo enamorarme de la gente, y no sé cómo se maneja la vida en estas situaciones, pero se que voy a dar todo lo mejor de mi para que esto funcione. Sé que es el único hombre que me interesa, y no me arriesgaría a perder lo que hoy tenemos.
Hoy tengo que decirle "gracias", por que logró hacerme sentir esas cosas que se siente cuando uno está enamorado. Logró que tiemble cada vez que lo veo, que me quede mirando la pantalla como una nena de doce años ante su primer amor, logró que nazca de mi una sonrisa que nunca había visto nadie. Logró que aprenda que mil trescientos kilómetros no son grandes distancias si se siente amor por la otra persona. Gracias, por que llenaste mi alma de felicidad, de esa, que hace rato no tenía. Gracias por enamorarme, y ser el hombre que tanto anhelaba. Y gracias, por que con esa sonrisa, aprendí que no necesito nada más.
Agos Santillán.