Me permito amar otra vez.

Vi las rosas que me regaló un nuevo hombre, vi el poema y el muñeco que me dió, y resonó una y otra vez en mi cabeza la pregunta: "Qué estoy haciendo?" Estoy llorando y extrañando a alguien que se fue, alguien del que decidí alejarme a pesar del amor que le tenía, a pesar de creer que existía un futuro juntos. Llorando por el deseo que nunca fue de jugárnosla por los dos, llorando por alguien que no está, alguien que ya no me ata nada, alguien que se está olvidando o ya se olvidó de mi, como yo tendría que olvidarme de él. Estoy llorando por este corazón roto, cuando acá, tan cerca mío hay alguien que la está peleando contra vientos y mareas por tener mi amor, por hacer que vuelva mi alma al cuerpo, esa que se fue hace un mes con él. Una persona que me empieza a hacer bien, más allá de lo material que es lo que menos importa, alguien que de a poco me esta ayudando a dejar de pensar en todo lo malo que estoy pasando. Esa persona inteligente, artista, que me entiende y me comprende, esa persona que se quedó conmigo a pesar de que le dije que todavía seguía amando a mi ex amor. Vale la pena, supongo. Supongo que alguien que acepta tus ángeles y demonios, alguien que pelea por vos, para verte bien, para sanarte, para unirte los pedazos en una pieza, supongo, que vale la pena. Y la verdad, me cuesta horrores soltarme de ese amor que se fue, no es fácil, pero se que de a poco voy a olvidarme de este amor que le tengo, y poder seguir mi vida. Hoy digo basta, hoy empiezo a ser yo, a rehacer mi vida. Hoy dejo de escribir sobre él, dejo que mis poesías busquen otro camino. Hoy decido que puedo conocer a alguien, hoy me permito amar de nuevo, permito dejar que alguien entre en mi vida, y no desordene mi alma. No quiero que me muevan el piso, quiero que me situen en mi camino, ni que me roben el corazón, si no que me hagan sentir que lo tengo de vuelta. Hoy me permito todo, porque hoy, no hay nada que perder.