¿Última catarsis sobre vos?.

Puede que ayer haya caido un poco... Bueno, mentira, un poco no, caí de vuelta. Caigo de noche, cuando estan todos durmiendo y yo me hundo en mi debilidad. Creí que te había superado y para probarlo, me propuse leer los mensajes guardados en mi celular. Fallé. No pude contenerme. Juro que creí que había olvidado todo eso, todo lo que yo sentía por vos. No, parece que no. Al leer esos mensajes, tus mensajes, los que yo te mandaba, me di cuenta que nunca en mi vida le había escrito a alguien tan desde lo profundo de mi ser, con tanta carga sentimental. En cada mensaje, en cada escrito mío, depositaba todo de mi. Te amé con todas las fuerzas de mi corazón, y creo que nunca me creiste. Siempre pensaste que el que más amaba en esta relación, eras vos. No sé si yo te amaba más, o menos, nunca se sabe la cantidad que uno ama, sólo se sabe que uno ama; o ama, o no ama. Y yo, yo te amaba con locura. Nunca supe lo que fue amar a medias, "amar light"; te amé hasta salir de mis cabales, te amé con todas mis fuerzas. Siempre te amé, y nunca lo viste. Siempre bajo tu mismo papel, siempre creyendo que sólo vos ponias "todo" en esta relación. Y sí, es una pelea eterna, porque para mi yo puse todo, y para vos, el que puso todo fuiste vos. La diferencia es que yo  acepto que a mi me faltó. Me faltó cuidarte un poco más, pero fallé. Creo que dí todo lo mejor de mi, todo lo que podía dar; sé que pude dar más, pero sin nada de tu parte, yo no lo iba a entregar. Me entregué por completo, y podía seguir haciéndolo. Pero, después de tanto tiempo, hoy me animo a explicarte por qué me alejé de tu vida. Te amé por todo ese (y este) tiempo, me creé un futuro junto a vos, volé demasiado, y me olvidé que a veces las caidas duelen más de lo que pensabamos. Llegué a un punto en el que abrí los ojos, y me di cuenta que esto no tenía futuro: vos nunca te la ibas a jugar por mi, nunca ibas a venir a vivir o estudiar acá, como me dijiste en su momento, no ibas a jugarte por "el amor de tu vida", por una mujer que valía la pena. No podía esperar mucho de alguien que ni siquiera se calentaba por hacer unos trabajos prácticos para rendir unas materias pendientes del secundario, ni siquiera aceptando mi ayuda para terminarlos. Al principio creí que sólo era eso, pero con el paso de los días me di cuenta que había otro problema: mi viejo. En diescinueve (ahora veinte) años de mi vida, siempre dije: la familia primero. Y aunque me costó, lo hice. La familia primero. No iba a pelearme con la persona que me dió la vida, por alguien que no se la jugaba por mi. Eso nunca. Ya lo viví con mi hermana, no voy a convertirme en ella. Siguieron pasando los días, y me di cuenta del peor error que comentí: creer que ibas a aceptar mi vida como yo aceptaba la tuya. Siempre creí que ibas a aceptar mis demonios como yo los tuyos. Y te juro que podría haber soportado miles de demonios por aceptar tu ángel. Vos no lo hiciste. Desde que tengo uso de razón, tengo un plan de vida, y en ese plan de vida, nunca hubo un amor de por medio. Siempre el mundo, la danza y yo. Pero apareciste, y me cambió ese plan. Cambió por vos, por tenerte en mi vida, en mi futuro. Renuncié a mis sueños, quise cortar mis alas por vos, porque creía que merecias eso y mucho más; te quise en mis días, todos los días, por el resto de mi vida. Quise despertarme al lado del amor de mi vida cada mañana, y a la noche, hacerte el amor y darte un beso de "buenas noches". Quise que vos fueras parte de mi plan de vida. Por eso no sabía cómo llevar esta relación, quería todo: quería mis sueños y te quería a vos. Por eso seguía estudiando y ensayando, para terminar mi carrera, poder tener un título y sólo ser profesora de una escuela. Quería que pasen tres o cuatro años para que me den ese papel en el que decía que ya estaba recibida y poder armar un futuro con vos. Pero al ver cada problema, que ya mencioné antes, empecé a darme cuenta que nunca ibas a aceptar mi vida, nunca ibas a apoyarme en mi carrera, en mis sueños. Y eso era lo que necesitaba, un poco de esperanza para poder seguir jugándomela un poco más por vos. Y al no ver lo que quería ver, me empecé a alejar. No ibas a soportar que yo baile, no ibas a soportar mis horarios ajustados, no ibas a soportar mis danzas en pareja; si ya no entendías mi cansancio y te enojabas cuando me iba a dormir, ¿cómo pretendía que entiendas toda mi vida?. Necesito a alguien que me apoye, con el que tiremos juntos hacía un futuro, que crea en mi y en mis sueños, alguien que ame mi carrera como yo amaría la de él, alguien que entienda mis horarios, mi cansancio, alguien que no se enoje cuando ensayo tantas horas sin hablarle por que sabe que estoy en mi mundo y no pienso en nada más. Necesito alguien en mi vida que, como dije, acepte mis ángeles y demonios; y vos, no lo eras, o por lo menos, no demostraste serlo. Me encantaría poder decir que me equivoco al escribir estas palabras, pero lamentablemente, estoy en lo cierto. ¿Te acordas cuando te decía que yo quería tu felicidad sin importas la mía?, hoy quiero que sepas, que siempre fue así y todavía lo es. Decías que yo te hacía feliz, pero no es lo que demostrabas. Nos peléabamos siempre por esto que acabo de escribir, nos peléabamos por "X" motivo, y cuando no encontrábamos razones, seguiámos peleando. ¿Eso es ser feliz?. Me alejé porque siempre quise tu felicidad, y no lo eras conmigo. ¿Cómo podías ser feliz con una persona con la que hablabas "poco", con alguien que está a mil seiscientos kilómetros de distancia, con alguien que no besabas, ni abrazabas, ni a quien le podías hacer el amor cuando querías?; ¿Cómo podías vivir una vida de un "tal vez" o de un "algún día", de un futuro que nunca llegaba, de un futuro que nunca iba a llegar?; y todavía no entiendo cuando me decías que si nos amábamos teníamos que estar juntos... ¿Cómo querías estar "atado" a una persona que nunca ibas a ver?. Son cosas que van más allá de la razón. Creímos tanto, volamos tanto... Decidí alejarme para que seas feliz, para que puedas encontrar a una mujer cerca tuyo, la que te ame casi tanto como yo te amé, que te pueda dar todo lo que no te pude dar por la distancia, una mujer con la que se entiendan. Te dejé para que tengas una "relación normal", esas que nunca ibas a poder tener conmigo.
Hoy, después de incontables meses de alejarme de tu vida, de no saber nada de vos, me atrevo a escribir estas palabras, que nunca las escribí por miedo a que te enojes y te alejes más de lo que ya estas; pero al no verte ni tenerte, no pierdo nada con escribirlas. Ya te perdí, y eras lo único que quería.
Necesito decirte que te extraño (chocolate por la noticia), que a veces te necesito. Necesito decirte que, aunque nunca me creiste, te amé con todas las fuerzas de mi corazón, que hoy puedo decir que todas las veces que escribí antes, a otras personas, no se compara con cada página que te escribí. Cuando tenes el "don" de hacer catarsis en palabras, y después de mucho tiempo lo volves a leer, te das cuenta la carga sentimental que le pusiste a cada escrito; y definitivamente, los tuyos sobrepasaban mis límites, y siempre me quedaban chicas las palabras para expresarte todo lo que te amaba. Necesito decirte que deseo con todas mis fuerzas, que encuentres a alguien que te aproveche al máximo, todo lo que nunca pude aprovechar yo; alguien que te diga lo que vales, alguien que te explique que vales oro, que sos increíble, alguien que te cuente cómo se ven tus ojos cuando miras a alguien que amas, que te cuente cómo se ven tus pestañas largas, tu boca al besar, tus manos al acariciar. Alguien que te diga lo hermoso que te ves cuando te enojas y te pones serio. Alguien que prefiera verte despeinado y en piyama, que arreglado y perfumado. Necesito que encuentres a alguien que pueda disfrutar ver tu sonrisa, tanto como la disfrutaba yo.
Es increíble, cuando una persona entra a tu vida de la nada, que apareció así, cruzando el umbral de una puerta sonriendo, y se apodera de vos por completo, hasta que tus desiciones no tienen valor, hasta que quedas completamente indefensa por haberte entregado todo. Es increible lo que provoca cuando se va. Es increíble el desorden sentimental que quedó en mi cuando me alejé. Desde que me fuí, ni siquiera tuve el valor de tocar a otro hombre, de tenerlo en la misma cama, de besarlo como te besaba a vos, de acariciarlo como te acariciaba. Mi último hombre fuiste vos, y no me arrepiento de que así sea. Siempre creí que el sexo era lo de menos. Y si me preguntan, prefiero mil veces dormir con alguien que amo antes que tocarlo. Hoy en día me muero por besarte, acariciarte, tomarte la mano, mirarte a los ojos, y dormir a tu lado, antes que hacerte el amor.
Mil veces prometí intentar dejar de escribir sobre vos, pero nunca pude. A veces pierdo en mi debilidad y no contengo mis palabras. Cómo ya lo dije antes, hoy no sé si te sigo amando, o amo la imposibilidad de tenerte. Hoy ya no sé lo que siento, pero que tengo un desorden sentimental, lo tengo. Te extraño, extraño lo que éramos y lo que nunca vamos a ser. Extraño tu amor, me extraño a mi como era junto a vos. Estoy eternamente agradecida por que hayas pasado por mi vida, por que me completaste. Imposible volver a lo que éramos. La vida va hacia adelante, y ahí es donde tengo que ir.  Gracias por hacerme descubrir que tenía otra yo dentro mío, alguien que puede amar con locura sin morir de amor. Gracias Rodal, gracias.