A cuatro días de la marcha #niunamenos, ayer domingo quisieron secuestrar a mi amiga en la puerta de la casa. Un hombre vestido de policía en una moto, la vió llegar, le cruzó la moto en el camino, ella corrió a la reja de la casa, se agarró fuerte mientras él la agarraba y tironeaba. Ella gritó con todas sus fuerzas llamando a su papá que estaba adentro de la casa, salieron sus padres y los vecinos, y esta basura humana logró escapar. Llamaron a la policía, pero como era de esperarse, ellos no dieron la cara. Hoy mi amiga sigue shockeada, pensando en que le pudo pasar lo peor. No pudo dormir, le dieron calmantes, se durmió y lloró dormida, su subconsciente seguía aterrorizado. Despertó sin querer ir a trabajar, pidiendole a su papá y a su hermano que se queden con ella porque este hijo de puta ya sabe donde vive. No quiere salir de la casa, no quiere ir a trabajar, quiere estar encerrada por el miedo que tiene. 
No podemos vivir más en un país así, temiendo salir de nuestros hogares, sabiendo que te puede pasar lo peor si salis. No podemos vivir aterrorizadas. Hoy le pasó a ella, mañana a cualquiera. Uno nunca presta atención hasta cuando le pasa a alguien cercano. 
Hoy tengo que dar gracias a que fue una "desgracia con suerte". Que loco, no? Hasta donde llegamos. Agradecemos las desgracias "con suerte". Como sea, hoy agradezco que tuvo un ángel que la cuidó y no dejó que nada le pase. Agradezco que, con miedo, con terror, pero ella sigue con nosotras.
BASTA! Basta de tanta maldad.
Amiga, te amamos, siempre vamos a estar juntas.