Danza de todos, pasión de pocos.

Ensayo tras ensayo, rodillas peladas, pies doblados, manos dolorosas, músculos tensionados, dolor en todo el cuerpo, dolor hasta en el pelo. Golpes, choques con compañeros, pisotones. Repasar una y otra vez hasta que unos simples ocho compases te salgan bien, hacer quince giros seguidos para que te salgan dos bien, transpirar, tomar cinco litros de agua por ensayo, morirte de hambre, morirte de sueño. Estar tirada en el piso, muerta de cansancio, y escuchar "vamos de nuevo chicos!", levantarte, y con la cabeza arriba, bailar el cuadro otra vez. Son cinco, siete, diez o quince minutos que corres, te agachas, saltas, te arrastras por el piso, quedas negro de la mugre. Filmarte en los ensayos, llegar a tu casa, verte y repetir esos compases miles de veces hasta que te salgan bien... Llega el día del show. Te preparas un día antes, anotando todo para no olvidarte de nada: pestañas, maquillaje, traje, zapatos, peine, hilo y aguja, alfileres de gancho, gel, spray... Te levantas temprano, salis corriendo, subis al colectivo llena de cosas, te sentas si podes. Llegaste, te peinas, te maquillas, te cambias. Minutos antes, darte fuerzas con tus compañeros, reir a carcajadas, gritar las cábalas, hacerte la señal de la cruz y... a bailar! Son diez minutos en los que desapareces del mundo, sos vos y tus amigos, riéndo, bailando, siendo felices. Diez minutos en los que la música se apodera de tu cuerpo, de tus sentimientos, de tu ánimo. Diez minutos, sólo diez minutos. Diez minutos en los que se ve el fruto de cada ensayo, en los que se ve la alegría de que todo este saliendo bien. Llega un momento que haces la coreografía por inercia, sólo te sale, la música te lo pide, tu cuerpo lo baila solo, tu cerebro está en otro lado, pero tu corazón está ahí, en ese escenario, en esa danza. Es inexplicable el sentimiento que te corre por dentro cuando bailas, la pasas realmente bien. Mi cable a tierra, mi manera de hacer catarsis. Estoy feliz por elegir esto como mi carrera, como mi futuro; feliz porque sé que lo puedo lograr, porque me supero cada día a mi misma, porque cada día me perfecciono más, porque cada día me hace más feliz. Es una pasión inexplicable, que nació conmigo, y morirá conmigo. Feliz, porque llevo a cuestas las raíces y tradiciones de mi país. Feliz, porque la gente disfruta el vernos bailar, se ríe con nosotros, y logramos trasmitirles lo que sentismo. Feliz, porque cumplo mis sueños y metas día a día. Simplemente feliz.